Corría el año 1994 cuando hizo acto de presencia en la Mega Drive de SEGA una nueva entrega de la famosa saga Castlevania. La serie de aventuras creada por Konami e iniciada con un juego de título homónimo en 1986 veía por primera vez la luz en una consola de SEGA con esta entrega: Bloodlines. ¿Era un digno representante de la saga? ¿Hacía frente a los títulos salidos en SNES? Descubrámoslo.